1
Colocamos la harina de trigo en un bol grande, añadimos una pizca de sal y hacemos un hueco en el centro. Dentro de ese hueco verteremos el agua y el aceite y, con mucho cuidado, mezclaremos con las manos.
2
Amasamos hasta formar una masa homogénea y que no se pegue en las manos. Como consejo, te decimos que no es conveniente amasar doblando la masa, pues no queremos que endurezca.
3
Dejamos reposar la masa de las tortillas durante 10 minutos tapado con un paño limpio. Mientras tanto, ponemos a calentar una sartén con aceite.
4
Para formar las tortillas, tomamos bolitas de masa del tamaño de una nuez y las aplastamos un poco con la mano sobre la mesa enharinada, (queda un medallón grueso). A continuación hay que aplastar los bordes del medallón con los dedos, al tiempo que se lo hace girar entre las manos.
5
Finalmente, estiramos con el rodillo enharinado, dando forma redonda a la tortilla, para dejarla lo más fina posible.
6
Cocinamos cada una de las tortillas de harina en la sartén hasta que comience a dorarse, le damos la vuelta para terminar la cocción. Tienen que quedar blanditas para poder doblarse con facilidad.