Shakira en Buenos Aires

No quedan dudas de que porque es mujer y porque la cultura patriarcal así lo impone, pero esta colombiana que ganó más de 400 premios, tiene un patrimonio de 140 millones de dólares y es una de las 100 mujeres más poderosas e influyentes del planeta, Shakira(41) fue una de las cantantes que recibió por parte de la prensa y de la industria, más motes y etiquetas.

Como si debiera juntar más méritos más que cualquier hombre para ocupar el olimpo del pop. Alguna vez llamada «la Alanis Morissette latinoamericana», que luego fue «la primera latina en insertarse en el mercado anglo», y más acá, la única mujer en ser convocada tres años consecutivos a componer la canción oficial de la Copa del Mundo, la colombiana desborda de record Guinness (incluido el de tener el mayor cantidad de likes en menor tiempo en Facebook: 3.5millones de pulgares en alto), de talento y fuego, eso que no cuantifican las estadísticas. Y eso que decíamos al comienzo acerca del ser mujer en este mundo, ella elige respondernos así: «Ya sabés, las mujeres tenemos que hacer enormes esfuerzos en la vida, mucho mayores que los hombres».

–Después de tanto éxito, ¿cómo se da la creación?

–Pasé mucho tiempo en los inicios de mi carrera trabajando sin descanso, empezando nuevos proyectos apenas terminaba los anteriores y, aunque en ese momento me funcionó, creo que ese ritmo no es sostenible a la larga. Ahora con cada proyecto me tomo el tiempo necesario de dedicación para quedarme contenta al cien por ciento con el resultado final.

–¿Y respondés a algún método o respondés más al mood del momento y la improvisación?

–No tengo un método definido, pero sólo requiere esa chispa inicial de inspiración para impulsar un proyecto como un disco, por ejemplo, y de ahí ya voy adelante. No sé otra forma de hacer las cosas.

–Y tantas canciones después, ¿cómo compones?

–A veces siento que la canción se escribe sola. Me viene la letra y a veces escribo poesías que no tienen melodía y luego llega. Otras veces, primero viene la melodía y eso inspira la letra. Siempre me gusta experimentar con nuevos sonidos—quizás ahora que estoy instalada en España se notarán algunas influencias españolas—pero la verdad es que no me limito, en el estudio prefiero dejarme llevar y ver donde la música me lleva.

–También te llevó a conocer a Gerard Piqué.

–La música me ha abierto tantas puertas en la vida, he conectado con gente, he viajado, me ha dado la oportunidad de empezar mi fundación y ayudar a otros y hasta sí, ha tenido un rol importante en la formación de mi familia. Fue por hacer la canción Waka Waka que conocí al padre de mis hijos.

A veinte años de Dónde están los ladrones (1998), uno de los álbumes más icónicos de su carrera y de regreso a los escenarios después de verse obligada a suspender su gira (se presenta el 25 en el estadio de Vélez), se siente renacida. «Me recuerdo rezando. Creo que por un tiempo había olvidado cómo hacerlo, pero lo pasás tan mal que recuperás instantáneamente tu fe», dice Shakira, víctima el año pasado de una «grave lesión vascular» en sus cuerdas vocales. «Así que imaginate: hubo momentos en los que dudé si alguna vez podría volver a cantar mis temas frente al público».

¿Y cómo es que logró volver a subirse a su gira mundial El Dorado? «Milagrosamente. Todos preveían cirugía, pero la lesión desapareció completamente de mis cuerdas vocales», responde Shak, quien asegura que cuando sus hijos no están con ella es cuando se permite dormir. «Creo que la última vez que dormí tanto fue hace seis años, antes de tener a mi primer hijo», recuerda en referencia a Milan (5), su hijo mayor (el menor es Sasha, de 3). Además de la música y la crianza de sus pequeños, otro de los temas al que le pone «cabeza y corazón» es la filantropía.

–»Yo creo que todos deberíamos ser políticos», dijiste hace no mucho. Tenés fundación propia y te interesa ayudar a los demás. ¿Cómo surgió tu interés?

–De niña asistía a una escuela en la que nos inculcaron la importancia del servicio a los demás y ese valor, junto con el hecho de que vi muchas injusticias a mi alrededor que no podía aceptar, me llevó hacia la conclusión de que no quería esperar que otros asumieran responsabilidad de estos problemas cuando yo también poseía la voluntad, las herramientas y, gracias a mi carrera, la voz para ayudar. Me enfoqué en la educación con Pies Descalzos porque ya de joven para mí fue muy claro que era la clave para romper con el ciclo de la pobreza y asegurarnos un futuro con menos desigualdad y ciudadanos más productivos y saludables.

–¿Qué tipo de proyectos te gustaría llevar a cabo en los próximos años en este sentido?

–Seguiremos construyendo escuelas en Colombia, pero quiero expandir nuestros esfuerzos en otros países donde ya hemos colaborado con proyectos, como en Haití y Sudáfrica. Lo más importante es ser constante con los esfuerzos y siempre seguir luchando más, no esperar con brazos cruzados que otro lo haga. Todos tenemos las mismas herramientas para impulsar un cambio a un nivel más grande, se trata de perseverancia.