El pulso entre Estados Unidos y Rusia por la crisis de Venezuela se intensificó este jueves en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, al naufragar dos resoluciones rivales propuestas por ambas potencias militares.
Una propuesta presentada por EE.UU. para reclamar elecciones presidenciales libres y el ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela fue vetada por Rusia y China.
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El texto de Washington recibió los nueve votos mínimos que necesitaba para ser aprobado por el Consejo antes de ser bloqueado por los dos miembros permanentes.
Poco después, una resolución impulsada por Rusia para indicar preocupación por los «intentos de intervención en asuntos internos» y «amenazas de uso de la fuerza» contra Venezuela obtuvo apenas cuatro votos a favor y siete en contra, con dos abstenciones.
El rechazo de ambas propuestas en medio de un fuerte cruce de acusaciones, y en particular el veto ruso y chino a la resolución estadounidense, significa que es improbableque el consejo logre un consenso sobre salidas a la crisis venezolana, según los expertos consultados por BBC Mundo.
Esta fue la tercera reunión del órgano de la ONU convocada por EE.UU. para discutir sobre Venezuela en poco más de un mes, pero ninguna concluyó con acuerdos básicos.
«Solo convocarán a una nueva reunión si algo cambia de pronto, por ejemplo si estalla la violencia«, dice Howard Stoffer, un exmiembro del servicio exterior de EE.UU. que trabajó durante años en el Consejo de Seguridad de la ONU.
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«Pero si se mantiene el statu quo tal como ahora, no veo una base para que el consejo discuta nuevamente», agrega Stoffer en diálogo con BBC Mundo tras la reunión de este jueves.
«Aumentar la tensión»
Al inicio mismo del encuentro en la sede de la ONU, el embajador ruso Vasily Nebenzya afirmó que «Washington quiere aumentar la tensión y preparar el terreno para derrocar al gobierno de Venezuela».
Rusia y China son dos aliados cruciales del presidente venezolano Nicolás Maduro, que el fin de semana impidió el ingreso de ayuda humanitaria internacional por considerarla una maniobra en su contra.
Los choques violentos entre fuerzas de Maduro y opositores dejaron al menos cuatro muertos en las fronteras con Brasil y Colombia.
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El ingreso de la ayuda humanitaria había sido impulsado por el líder opositor Juan Guaidó, quien es reconocido como presidente interino de Venezuela por EE.UU. y medio centenar de países, entre ellos varios latinoamericanos.
«Estamos muy preocupados porque se puede explotar la reunión de hoy como preparativo de una verdadera intervención», dijo Nebenzya.
«Se dirá que hubo que intervenir porque el Consejo de Seguridad no pudo resolver la situación en Venezuela».
Tras el veto a la resolución de EE.UU., tomó la palabra Elliott Abrams, representante especial de este país para Venezuela, y dijo que «algunos miembros de este consejo continúan protegiendo a Maduro y sus amigos, prolongando el sufrimiento del pueblo venezolano».
«Esta crisis hecha por el hombre se ha extendido mucho más allá de las fronteras de Venezuela y amenaza con desestabilizar la región. Los eventos de este fin de semana pasado muestran que Maduro no se detendrá ante nada para mantener el poder», continuó Adams.
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Sostuvo que EE.UU. «buscará todos los medios para aumentar la asistencia humanitaria a los venezolanos tanto dentro como fuera de su país» y expresó preocupación por la seguridad de Guaidó cuando regrese a Venezuela tras una gira regional.
«Un fracaso colectivo»
Como ocurrió en las dos reuniones previas del consejo, representantes de países europeos y latinoamericanos reclamaron elecciones libres en Venezuela y criticaron el proyecto ruso por carecer de referencias a la situación humanitaria en el país.
El embajador de Perú, Gustavo Meza-Cuadra, calificó de incomprensible el rechazo a la resolución de EE.UU. porque era un «texto mínimo» que evitaba mencionar violaciones a los derechos humanos en Venezuela, la crisis humanitaria o el éxodo de más de 3 millones de personas.
«Es inaceptable que haya grupos armados irregulares que intimiden a los miembros de la Asamblea Nacional que se movilizaron para recibir la ayuda humanitaria», sostuvo a su vez el representante de Bélgica, Marc Pecsteen.
Del lado de Maduro, el representante chino Wu Haitao indicó que su país rechaza que «las fuerzas externas interfieran en cuestiones internas de Venezuela y se opone a una intervención militar en Venezuela».
«No hay que politizar la ayuda humanitaria», dijo el embajador de Sudáfrica, Jerry Matjila.
El embajador venezolano, Samuel Moncada, afirmó que «si existen amenazas contra la paz, éstas vienen del exterior» de su país.
«Denunciamos que voceros del gobierno del presidente (de EE.UU., Donald) Trump están fabricando una narrativa de una cantidad absurda de supuestos desertores de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, con el objeto de justificar la conformación de un supuesto ejército de liberación de Venezuela en territorio colombiano, con la intención de infiltrarse en nuestro país y destruir la paz», dijo.
Una intervención peculiar fue la del embajador de Indonesia, que criticó por igual los proyectos de resolución de EE.UU. y Rusia como «incompletos» y «muy politizados».
«Esto es un fracaso colectivo, un fracaso de todos los que estamos sentados en torno a esta mesa porque hemos venido hoy sabiendo que no íbamos a alcanzar un consenso», dijo el embajador de Indonesia, Dian Triansyah Djani.
Tras advertir que lleva sólo dos meses en el consejo, cuestionó la falta de más esfuerzos para alcanzar un terreno común y confesó que su delegación «está empezando a pensar que el diálogo y la negociación son un lujo aquí».
«Si realmente nos interesa el pueblo de Venezuela», desafió, «entonces deberíamos unirnos y alcanzar una solución conjunta».