Aunque usted no los haya sentido, el Servicio Geológico Colombiano (SGC) registró entre el 21 de julio y el 7 de agosto 289 sismos. La mayoría de ellos no superó la magnitud de 3.0 en la escala de Richter y no dejó pérdidas que lamentar. De ese total, 112 ocurrieron en Los Santos (Santander), un municipio que pertenece al denominado ‘nido sísmico de Bucaramanga’, zona que tiene una alta concentración de eventos sísmicos, según explica el SGC. Sin embargo, esa cifra puede parecer menor si se compara con otras partes del mundo que también registran una alta actividad sísmica. Según un artículo de El Universal, de México, en Nueva Zelanda (y sus alrededores) cada año se registran alrededor de 20 mil sismos. Pero, ¿cuál es la explicación de que en el mundo haya zonas más propensas a estos eventos? “Los lugares del planeta donde se juntan placas tectónicas son más susceptibles de tener terremotos. Una de las zonas de mayor actividad en el mundo es el cinturón de fuego del Pacífico (…) donde se juntan dos placas tectónicas. Debido a que estas están moviéndose, suele ocurrir que una de ellas se desliza sobre la otra, ocasionando un fenómeno conocido como subducción que da origen a terremotos y tsunamis”, explica Orlando Arroyo, profesor de la Universidad de La Sabana y doctor en ciencias de la ingeniería.
“La tierra no es homogénea y unificada, sino que está dividida en placas tectónicas que se están moviendo (…) Por ejemplo, en el Pacífico, especialmente en California, la placa se mete debajo de la placa continental, lo que origina una fricción, y cuando se libera la energía (de ese contacto) ocurren los sismos”, explica Luis Hernán Ochoa, profesor del departamento de geociencias de la Universidad Nacional. De hecho, Ochoa detalla que el cinturón de fuego del Pacífico se extiende por todo el Océano, pasa por todo ese límite con el continente Americano (Estados Unidos, México, Chile, Colombia) y llega hasta Japón, Nepal y Nueva Zelanda. “Todo lo que es el cinturón de fuego del Pacífico es una zona que está en continuo movimiento por la acción de las placas”, agregó. Estas zonas suelen tener una actividad sísmica mayor en comparación a otros lugares en el mundo.
“Colombia es un país heterogéneo en términos de la amenaza sísmica. Una parte del país se encuentra cerca del cinturón de fuego del Pacífico y es una zona en la cual pueden presentarse terremotos de magnitudes considerables. Otra parte del país, en particular los Llanos orientales son poco susceptibles a tener eventos sísmicos. Más allá de la amenaza, preocupa de manera especial de Colombia que buena parte de su inventario de vivienda fue construido antes de la normativa de diseño sismo resistente, lo cual lo hace vulnerable ante un evento sísmico, así este no sea de gran magnitud”, puntualizó Orlando Arroyo.