Pese a división, Cámara oficializa proceso de destitución contra Trump

  Una Cámara de Representantes dividida por estrictas líneas partidistas aprobó este viernes una resolución en la que se ¨oficializa¨ la investigación con fines de destitución que ya se venía adelantando contra el presidente Donald Trump y se establecen los parámetros de un pesquisa que a partir de ahora entra en su fase más crítica. La resolución fue aprobada con 236 votos a favor, todos demócratas, y 196 en contra (194 republicanos más dos demócratas provenientes de distritos de inclinación conservadora). Aunque en la práctica la investigación con fines de destitución ya había comenzado desde hacia más de 5 semanas ,y no era necesario un voto para oficializarla -la Constitución no lo requiere-, la jefatura demócrata optó por presentar la resolución para silenciar las voces republicanas que venían insistiendo en que traba de un proceso ilegal pues la Cámara en pleno no lo había autorizado. «No sé por qué los republicanos le temen a la verdad. Cada miembro debería estar apoyando un proceso que busca presentar los hechos al público estadounidenses para que ellos mismos se formen su opinión. De esto se trata este voto. Es sobre la verdad. Y sobre lo que está en juego que es nada más y nada menos que nuestra democracia«, dijo la presidenta de la Cámara Nancy Pelosi poco antes de presentar el texto ante la plenaria. A pesar de que una votación era precisamente lo que venían reclamando, los republicanos, en bloque, cuestionaron la medida.»Esto no es otra cosa que un esfuerzo por deshacer los resultados de las elecciones del 2016 y tratar de influir en las del 2020«, sostuvo Kevin McCarthy. Ambas reacciones dejaron claro que más allá de las pruebas y testimonios que salgan a relucir, el proceso se verá empañado por un puja partidista que tendrá como telón de fondo las elecciones del 2020. Y también, salvo que suceda algo dramático que haga cambiar la percepción pública, que Trump probablemente será absuelto cuando el proceso termine en el Senado, que es el encargado de realizar el juicio político contra el presidente, y donde los republicanos tienen la mayoría. Dicho eso, lo que viene es un espectáculo que no se había visto en EE. UU. desde el proceso de destitución que se adelantó contra el presidente Bill Clinton entre octubre de 1998 y febrero de 1999. De hecho hasta las fechas coinciden.

Básicamente lo que hace la resolución que se aprobó este jueves es establecer las reglas de juego para esta «segunda fase» del proceso que probablemente concluirá también en diciembre con una votación definitiva en la Cámara donde se requiere una mayoría simple para autorizar artículos o cargos de destitución contra Trump. En la primera fase, que arrancó el pasado 25 de septiembre, todos los procedimientos y ocurrieron a puerta cerrada. Algo que los republicanos atacaron con ahínco pese a que fue el modelo que se uso en el proceso contra Clinton en el 98 y el que se adelantó contra Richard Nixon en 1973. A partir de ahora las audiencias serán públicas (y televisadas) y tendrán lugar en el Comité de Inteligencia que preside el demócrata Adam Schiff. De acuerdo con diversas fuentes, Schiff tienen comenzaría a llamar testigos a partir de la segunda semana de noviembre.

se especula que pedirá la comparecencia de algunas de los actores claves que le ayudarían a demostrar que Trump abusó de su poder cuando le pidió al presidente de Ucrania, Vladimir Zelensky, que lo ayudará a investigar a Joe Biden (un rival político) y su hijo Hunter.

Entre ellos, el embajador en funciones en Ucrania, Bill Taylor, la ex embajadora en este país Marie Yovanovitch, el embajador de EE.UU. ante la Unión Europea, Gordon Sondland, y el encargado de Ucrania en el Consejo Nacional de Seguridad, Alexander Vindman entre otros. Aunque apartes de sus testimonios ya se filtraron a la prensa, los demócratas esperan que sus palabras y las imágenes de ellos rindiendo testimonio sean poderosas y logren convencer a la mayor parte del público de que el presidente cometió un crimen cuando uso su posición para obtener información que perjudicaba a sus rivales políticos.

Los republicanos, que también podrán interrogar a los testigos, intentarán mostrar que estos tienen «agenda» y que, en cualquier caso, lo hecho por Trump no amerita su destitución como presidente del país. La resolución pide, a su vez, que se hagan públicas las transcripciones de los testimonios que ya han rendido cerca de una decena de funcionarios y solicita le Comisión de Inteligencia que produzca un reporte con las conclusiones de la pesquisa.

Ese reporte pasara luego a la Comisión Judicial de la Cámara que también realizaría audiencias públicas pero enfocadas a mostrar cuáles fueron los delitos cometidos por Trump y por qué debe ser destituido. Es esta Comisión la que redactaría los artículos de destitución que luego serán presentados ante la plenaria. A partir de ese momento, de ser aprobados, todo el proceso pasa al Senado, donde se adelantaría el juicio político.

En ese fase los miembros de la Cámara operarían como fiscales, los senadores serían jurados y el presidente de la Corte Suprema actuaría como juez   .SERGIO GÓMEZ MASERI Corresponsal para EL TIEMPO

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