A lo largo de los últimos meses han corrido rumores de todo tipo acerca del comportamiento y las exigencias de diva que habría venido exhibiendo Paulina Rubio, provocando incluso un sinfín de tensiones con sus compañeros del concurso ‘La Voz’ y alguna que otra pelea enfrente incluso de las cámaras.
Sea o cierto no que la mexicana se ha convertido en un dolor de cabeza para el equipo, lo cierto es que a partir de este miércoles ninguno de los otros tres coaches -Luis Fonsi, Pablo López y Antonio Orozco- tendrá que volver a verse las caras de no quererlo tras la celebración de la final del programa y la chica dorada no ha querido despedirse de ese proyecto sin aclarar que no ha sido la única que ha tenido malos momentos.
«Hay días y días… Hay días que es Pablo, hay días que soy yo, pero Pablo y yo somos los más pesaditos, sí», aclaró Paulina a su paso por el programa ‘El Hormiguero’ de Antena 3 cuando el presentador Pablo Motos les pidió que fueran sinceros a la hora de juzgar cuál de los cuatro era el más dado a quejarse ante el menor detalle.
No queda claro si a su compañero no le hizo demasiada gracia que le incluyera en esa categoría o si solo quería compartir una anécdota, pero la cuestión es que él respondió en seguida: «Hay un detalle, no sé si a Paulina le importa que lo diga, pero es que si os fijáis, el asiento de ella es de otro material».
«Es verdad», reconoció ella con total naturalidad para aclarar por qué había pedido que se hiciera ese cambio a su sillón de coach. «Es por el piel con piel. La mía es de tela para que no [me quede pegada], ya me entiendes».
Eso sí, la intérprete también ha reconocido que, cuando se trata de pasárselo bien, no repara en gastos.
«Una noche que sí que salimos los cuatro de juerga al principio, dos desaparecieron y dos seguimos bailando, y me dejaron con la cuenta», apuntó Paulina, ante lo que Luis Fonsi le recordó que había sido ella quien había pedido diez botellas de tequila y él quien de repente se había quedado solo en el local con una cuenta de cuatro mil euros.
«Pero al final pagó mi chófer», matizó ella para cerrar la discusión.