Morodo: “El reggae, es combate y resistencia”

Será parte del segundo cartel que presenta el concepto Jamming, con un festival alterno en un espacio más laxo.

Contar la historia del reggae y el rap de España sin mencionar a Morodo es contar una historia a medias. Ambas expresiones artísticas germinaron en el país ibérico hace tres décadas, dos de las cuales han estado acompañadas por las rimas tan contestatarias como alegres del artista madrileño. En estos 20 años ha labrado un camino característico a punta de su premisa: hacer música con un mensaje, un contexto y en pro de la evolución de los movimientos que decidió abanderar. Sus sonidos, por el contrario, son difíciles de definir pues su catálogo se compone de una inconfundible voz sobre pistas de dancehall y rap, pero, en especial, en sus ritmos fuertes: reggae roots y raggamuffin.

Como no podía ser de otra forma, Morodo también se ha presentado en el Jamming Festival que se realiza anualmente en Bogotá. Morodo se presentará en la versión fiestera del certamen: el Jamming Summer Fest, que no se realiza en el norte de la capital colombiana, sino en un hotel del municipio de Ricaurte, Cundinamarca. Este año se realizará el 14 de octubre.

Esta variación del Jamming arrancó en 2017, inspirada en el concepto de “pool parties”. Pero más que una fiesta de piscina con un DJ, este modelo de festival presenta artistas top del reggae para que suban aún más la temperatura del lugar poniendo a bailar a los entusiastas y aventureros miembros del movimiento. En pocas palabras, es trasladar el Jamming a un nuevo espacio para que, como explica Morodo, el movimiento siga ensanchando su participación en la industria musical del país.

“Es bueno todo lo que signifique expansión en cuanto a arte se refiere, porque para eso se hace: para que llegue a todos los rincones, así que siempre es positivo que se encuentren marcos distintos. Así lleve el mismo nombre, se podría decir que son festivales diferentes porque la energía cambia y hay otro tipo de interacciones”.

Rubén David Morodo Ruiz, quien está a punto de cumplir 39 años, es enfático en aclarar qué es reggae y rap, y qué definitivamente no lo es. Según dice, hay una música que se está haciendo con sentimientos, códigos e ideas, y otra que es para romper cifras y vender.

“El hip hop no es pandillas y marihuana. Rasta no es paz y amor, es espiritualidad. Reggae no es playa y cocoloco, es combate y resistencia. Nosotros hablamos de libertad, de realidades sociales y luchamos contra un sistema, mientras otros ‘comepantallas’ sacan cada semana miles de canciones y salen en videos como si fueran raperos de película”. Para él, la diferencia radica en que los primeros son una cultura y los segundos, una moda.

Tampoco es que esté en contra de los nuevos modelos de difusión de música; reconoce que quien crea música lo hace por gusto, pero también porque quiere que lo escuchen. Por eso, su estrategia es hacer música honesta y para todos.

“Apenas me doy cuenta del paso del tiempo, pero la música debe avanzar y no puedo hacer las mismas canciones de hace 20 años. Todas mis canciones tienen un mensaje y un contexto, porque sin eso no hay idea alguna. No puedes estar todo el día regañando a la gente y cagándote en el poder, al final acabas enfadado con la vida. También hay que bailar y hablar de amor a nuestra manera”.

Morodo es parte del movimiento que se adjudicó el rótulo de históricos en la escena underground de Hispanoamérica. Su presencia en nuestro país evidencia que con trabajo se están fortaleciendo las bases de una escena independiente y en aumento; como la que ayudó a crecer Morodo y hoy es toda una industria.